Escupo ráfagas de rabia,
sobre las teclas de un ordenador,
me sobró vergüenza y me faltó labia
pa evitar que te marcharas…
aunque pudo ser peor.
Llevo días encerrado en mí,
buscando un cable suelto en mi cabeza
me sentía con ganas, mas me venció la pereza,
ahora me conformo con sobrevivir.
La rutina mató al amor,
y las horas juntos se convirtieron en una espera hacia la nada,
no soy de esos, nunca he guardado rencor,
mi corazón y mis sesos me impiden dar puñaladas.
Me encuentro solo y cansado,
perdido en un mar de sudor y desencanto,
los minutos se vuelven pesados,
los recuerdos, cancerígenos como el amianto.
Un ente patógeno se alojó en mi ser,
y me impidió disfrutar de los buenos momentos,
no soy ningún nostálgico enamorado del ayer,
sólo busco utilidad a estas noches de tormento.
De veneno me alimento,
y no me importa si mañana todo se vuelve a joder,
si me atan de pies y manos todavía podré morder
hasta que me quede sin dientes pa que les sirva de escarmiento.
