miércoles, 25 de octubre de 2017

Breath

Mantener la compostura
en lo que dura el duelo,
lo que el tiempo no cura
provoca estos desvelos.
Buscar en la distancia
y no hallar más que recelos,
nadar en la abundancia
de vacíos puñeteros.
Bucear en mi ignorancia,
problemas venideros
son pruebas de constancia
en este mundo traicionero.
Si lleno ceniceros
es que me mueve el ansia
de hallarme en una estancia
donde amar sea lo primero.
Me basta un simple aliento,
no espero un mar en calma,
ni a que suene la alarma
de un conflicto en mis adentros.
Me basta un simple aliento
si me vienen mal dadas,
un gesto, una palabra
son como agua en un desierto.
Me basta un simple aliento
y aguanto puñaladas,
me trago madrugadas
y muero en el intento.

Recto

Indiferencia.
Desasosiego.
Pelea constante.
Morder el polvo,
besar el suelo.
Interrogantes.
Versos al vuelo.
Seres errantes
asqueados de todo
destruyen su parte.
Ni Cristo, ni Buda,
ni Platón, ni Sartre
nacieron perfectos,
ni para salvarte.
Si nadie te quiere
trata tú de amarte,
las ganas sostienen,
toca rebelarse.

Fuego interno

Buscar en lo más hondo de la psique
el nudo que cierra la boca del estómago,
hallar una respuesta que me explique
el mecanismo que activa este sentimiento anómalo.
Una multitud de caras riendo,
y yo solo consigo esbozar una mueca taciturna,
una montaña de prejuicios ardiendo
es lo que se refleja en el brillo de mis ojos.
La alevosía es más grave si es nocturna,
los gatos y las ratas parecen del mismo color,
y me siento alimaña, animal de cuatro patas
y me siento mejor si no suena el despertador.
Campo a mi antojo entre despojos,
pues mis instintos son los que cuidan de mi pellejo,
saco el calor de los rescoldos,
hago castillos de ceniza para que el humo llegue lejos.