martes, 30 de octubre de 2012

Invierno


 Mírame a los ojos como solías hacerlo,
hazme escapar de esta ruina con una sonrisa,
no hay solución al problema si no encuentras las premisas,
una cosa es perdonar y otra intentar pretenderlo.
 La primera helada del invierno cubre la ciudad,
un gato se refugia bajo un coche en una calle desierta,
gente durmiendo en cajeros, más dosis de realidad,
a lo lejos una luz que ni alumbra ni calienta.
 Un futuro construído sobre lodos de avaricia,
el poder y el sinsentido siempre juntos de la mano,
cárceles para inocentes, reflejos de una justicia,
tan ciega y tan prepotente como lo era en el pasado.
 ¿Expectativas? ¿Trabajo?,
currar por un sueldo de mierda
pa pagar lo que has comprado.
 ¿Alternativas? No, majo,
sufrirás en esta guerra
aunque no lo hayas buscado.

Cara de lunes


 Mañanas con cara de lunes
y deseos de viernes noche,
despierto bajo las nubes
de invierno que el Sol hoy esconden.
 Luchando contra este desorden
se echó sobre mí el mediodía,
otra vez la melodía
del hambre que me llama a voces.
 Con lluvia se cierne la tarde,
la calle vacía de gente,
persigo una vía de escape,
calado y con viento de frente.
 La noche engulló a la tarde
en lo que dura un suspiro,
otro día más en balde
se va por donde ha venido.

Escupiendo sangre

Morir de éxito o de miseria es lo mismo a fin de cuentas,
 lecciones de escapismo
 para acabar tirado en la misma cuneta.
 Juego con el léxico
 y el cansancio acumulado no da tregua,
 millones de destinos idénticos,
 una fina línea que separa
 el orgullo y la vergüenza.
 Me fajo con seis cuerdas,
 con palabras que adquieren el sentido que cada uno quiera darle,
 sólo un cerebro que arde,
 sólo una puerta entreabierta,
 soportando los desastres,
 aprendiendo, aunque no quiera.