jueves, 19 de abril de 2012

Culpable

Calado hasta los huesos
pero sudando de rabia,
hoy los charcos son espejos
de un cielo gris que agua sangra.
Mira bien por tu pellejo,
la cosa está complicada
para vivir sin complejos,
ni maldad en la mirada.
Los mercados nos devoran
pero yo soy el culpable,
mis costumbres y mis gustos
les parecen despreciables.
El Estado nos controla
pero yo soy el culpable,
un niñato, un pintamonas,
causante de todo el desastre.
El dinero nos coacciona
pero yo soy el culpable,
la crisis se soluciona
sufriendo y sudando sangre.
Las cosas ya no funcionan,
la economía es un desmadre,
pero ¿a quién van a culpar,
cuando ya no haya culpables?

lunes, 16 de abril de 2012

Eternos dilemas

Decepciones.
Cuando la sinrazón pone condiciones,
por estar en el lugar equivocado.
Desbocados anhelos de escapar...
o de estallar
arrasando todo a tu alrededor.
Ya basta de principios impostados,
de reglas para todos (en teoría),
pero que unos pocos se saltan
con descaro y alevosía.
Ya basta de esta absurda hipocresía
de no querer ver el problema
por miedo a que sea ya tarde.
Perdidos en eternos dilemas,
dormidos mientras las calles arden,
pensando que nuestros culos
se salvarán de la quema
por el mero hecho de creernos alguien.
Hoy corren tiempos oscuros,
pero es que nunca hemos conocido la luz,
sólo pequeños destellos, ecos mudos,
sólo fugaces momentos de empatía y plenitud.

martes, 10 de abril de 2012

Rigor mortis

Tú prefieres estar enamorada,
yo prefiero que me quieran contra viento y marea,
tú buscas mariposas en la tripa y días de primavera,
yo, noches a la intemperie con la luna por coartada...
intentar ser libre, aunque el tiempo apremie,
luchar codo con codo sin desfallecer,
permanecer juntos, se tercie lo que se tercie,
y aprovechar cada segundo sin temor a envejecer.
No existe el miedo a perder
cuando lo has perdido todo,
qué cómodo es enmudecer
cuando fallan forma y modo.
Si la conciencia te estorba
y los besos ya no colman el vacío,
recuerda a quien vive entre sombras
alimentando sonrisas para seguir siendo un crío.
Si tus días ya se han vuelto rutinarios
y sólo son cifras fugaces escritas en un calendario,
párate, si es necesario,
purga todos tus pesares,
no existe ningún calvario
que hiera y no deje señales.