miércoles, 30 de diciembre de 2009

Geografía

Las fábricas se fueron alejando del centro,
para dar paso a las franquicias y a las sucursales de los bancos,
no todo ha cambiado, los bares siguen llenos,
la gente sigue buscando lugares donde compartir sus risas y sus llantos.
Los coches, como balas, invaden las avenidas,
aquellos que los conducen creen que así pueden escapar
del plasta del jefe, del curro y demás movidas,
apurando el tiempo y pisando a fondo un simple pedal.
Tiraron los astilleros y construyeron pisos de lujo,
de esos que sólo compran señores de puro y orujo,
con pasta nos convencieron de que era mejor no luchar,
con pasta cerraron bocas y nadie se quiso enterar...
o darse por enterado,
siempre hay interesados con afán de manejar.
Ya es tarde pa protestar,
como tontos fuimos engañados
en nombre del proletariado
y en nombre del capital.
El cine donde vi mi primera peli,
ahora es una clínica de cirugía estética,
el antro donde ponían discos de punk o de jevi,
ahora es una vinatería de clientela selecta.
Por el bien de todos; coartada perfecta
para uniformar hasta el último rincón de libertad,
la voz inconforme resulta molesta
“todo cambiaremos pa que todo siga igual”.

martes, 22 de diciembre de 2009

A cuestas

Ráfagas de recuerdos me inquietan
pudo haber sido y no fue
arrebatos repentinos melancolía despiertan
la fe ciega en el destino
no puede evitar los traspiés.
Los sentidos embotados,
embriagados por la sed
de saltarse a la torera
las normas confusas de ayer.
Largos momentos de espera,
días grises, inhumanos,
con prisas y a la carrera,
siempre con el tiempo a cuestas,
siempre;
… hasta que muramos.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Despojos

Tengo un cable suelto que no me deja reaccionar
y una pena en el pecho que rasga mi voz al hablar,
desengaños y bajezas no me van a hacer cambiar
con el paso de los años más duro se hace soñar.
Intento concentrarme pero me faltan fuerzas,
para arrinconar el miedo a base de humo y cervezas,
no van a conseguir cambiarme,
no sin que críe malvas,
nunca pude enamorarte
con mis poesías baratas.
Harto de correrías,
de llegar a casa al alba,
sé que no te merecía,
y que me ibas a olvidar.
Me dan ganas de saltar
al vacío y estamparme,
contra esta realidad
que no hace más que despreciarme.
Vivo en otro planeta
a dos metros bajo el suelo,
me conformo al recordar tu silueta
en gélidas noches de invierno.
No merezco nada más que tu silencio
y una vida entera plagada de insatisfacciones,
puedo soportar bajones,
mas sigo sintiendo miedo.
Miedo a no ver más allá de mi nariz,
miedo a perderte para siempre,
odio tener que decir
que no entiendo al resto de la gente.
Antisocial por naturaleza,
sólo cuando estoy solo
me encuentro entre cieno y maleza.
La muerte llama a mi puerta
y no encuentra más que despojos,
ríos de tinta y tristeza
faltos de amor y de arrojo.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Divide y vencerás

Callejeando sin rumbo me veo,
como tantas otras veces,
por aceras desgastadas y parques desiertos,
si el tedio tuviese precio
ya lo he pagado con creces.
Fuego en las entrañas para combatir el frío,
en los tejaos, alimañas
que esperan verme abatido.
Todos opinan y creen saber más que nadie,
todos se creen alguien tras un miserable disfraz.
Unos hablan de defender la paz
con armamento pesado,
y otros quieren un mundo
de apestosos y apestados.
El silencio como muestra de entereza,
cuando los gritos y voces
no son más que muestras de su ignorancia.
Construyo una puerta imaginaria en mi cabeza
que me hace verlo todo desde la distancia,
no existen pobres, ni ricos, ni majestades, ni altezas,
sólo actores infelices combatiendo la tristeza.
Millones de actos atroces
y seguimos sin escarmentar,
nos miran desde arriba, ávidos y feroces,
los mismos de siempre, repitiéndose entre risas:
“divide y vencerás”.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Escapada

Me lo juego todo a una carta,
de manera inconsciente.
Quizá hubiese sido mejor
haber nacido con un reloj pegado
a la muñeca.
La realidad se vuelve inconsistente,
por eso cada uno se refugia en su trinchera.
Otra nueva treta
para acelerar el tiempo,
otro entretenimiento
para olvidar que mañana
toca despertar.
Confuso por mis adentros,
ya no sé si siento porque escribo,
o si escribo porque siento.
Eternamente sediento,
de algo más que soportar
los días que arrastra el tedio.
Como los miércoles, me encuentro en medio,
forzando una salida hacia la nada,
huyendo de una masa homogénea de gente
haciendo de lo absurdo una escapada.