viernes, 27 de febrero de 2015

Panóptico

 Tropiezo tras tropiezo,
desgracias cotidianas,
arenas movedizas,
eterna encrucijada.
Monzón, levante o cierzo,
rocío en la mañana,
las nubes, quebradizas,
traen niebla envenenada.
Secaron las raíces
del árbol donde nacimos
y embobados contemplamos
sus hojas languidecer.
No escuchamos, ni entendimos,
sólo oímos y asentimos,
nos perdimos en matices
y nos han vuelto a joder.
Quemaron las últimas naves
por otro sueño caduco
“trinca todo lo que puedas
y después echa a correr”.
Nos encerraron sin llaves
en esta cárcel sin muros
donde sólo hay dos condenas:

ordenar u obedecer.

Silencios cómplices

No tengo ganas de fingir que me da igual,
ni paciencia para empezar otra vez de cero,
el pesimista, el egoísta, el soñador y el marginal,
se ahostian diariamente en un lugar de mi cerebro.
Me preguntan...
pero no pienso casarme
con otra teoría inconclusa
que sólo pretende amansarme.
Individualismo alarmante,
todo el mundo es soberano y puede hablar
sin tener ni puta idea.
Juzgar es más sencillo que entender
y los silencios cómplices
se convierten en lugares comunes...
aunque tú no te lo creas.
¿Cómo sentirme inmune
ante toda esta vorágine
que nos lleva cual marea?
¿Cómo no cambiar ni un ápice
y no encontrarte desplazado en la pelea?
Quizá pregunto demasiado,
quizás de otro modo lo veas....
me lleno de esfuerzos en vano,
me encanta bailar con la fea.


Todos contra todos

  Escucha lo que dictan tus instintos
y déjate llevar por la emoción,
agárrate a la grupa de este ritmo
y olvídate de normas,
lo que prima es la intención.
Aléjate de aquello que te estorba,
comprende que no puede ir a peor,
no hay luz si no proyecta sombra,
no hay miedo que no implique
conocer qué es el valor.
Te pueden engañar con su palique,
hacer crecer tu ego
pa poder comprar tu voz,
decirte: “abre esa puerta”
donde sólo hay un tabique
de ladrillos y cemento
iguales que tú y que yo.
¿Hasta cuándo aguantaremos esta mierda?
¿Viviremos para ver si el mundo marcha mejor?
¿Merece la pena esperar algo bueno de una guerra

donde el todos contra todos es causa y justificación?

Ignoto

Ladran, luego cabalgamos
y, si nos toman por locos,
mejor pa nosotros,
duelen, no se hacen livianos
los sentimientos ignotos
que nos hacen desertar.
Compartir el mismo aire
que quien no quiere que existas,
convivir con el delirio de vivir en libertad,
intentar ser algo más que un número en una lista
en un laberinto de espejos al que llaman sociedad.
“El trabajo os hará libres” de todo lo que no sea
currar como perros hambrientos por un mendrugo de pan,
desconectar algún finde, acceder a una vivienda
y pagarte una caja de muerto cuando llegue tu final.
Dejamos pasar el tiempo como vacas mirando al tren,
nos quemamos por salir de esta asquerosa rutina,
un refugio en nuestro ego nos hace fingir que está bien
nuestras neuronas segregan complacencia y dopamina.
La madurez discrimina
esa cándida inocencia que nunca va a regresar,
más peso para una conciencia
acomodada y anodina,
caída libre en la evidencia


de los días por quemar.