este puede ser mi último día,
llámame precipitado o llámalo sabiduría,
me perturba ese silencio,
ese estímulo suicida...
Y salto al vacío con todas mis fuerzas
tratando de acabar con la agonía,
reniego de las formas, prefiero romper las puertas
que embrutecen nuestras mentes y aniquilan la empatía.
Paso de profecías,
me labro mis propias desgracias,
me enfrento con toda mi rabia
contra el miedo y la apatía.
Doy mil vueltas a mi ser,
me critico con dureza
saco nervio en la flaqueza,
pues ya no temo a caer.
Un camino entre maleza
intento abrir con mis manos,
vivamos mientras podamos
la alegría y la tristeza.
Estrechemos nuestros lazos,
no hay descanso en la pereza,
ni alivio en la melancolía,
no hay verdades, ni certezas,
la utopía es dar el paso.