Ando por un sendero
minado,
inconsciente del
peligro,
con los ojos
cerrados.
Recorro el trayecto
de la risa al
llanto,
batallas que libro
con mi desencanto.
Romper con el
ritmo,
cortar por lo sano,
vivir en un limbo
ajeno y prestado.
Saciar el instinto
de ansiar lo
mundano,
cuando el desafecto
es certero y
cercano.
Corté las cadenas
que anclaban mi
mente,
suplí mis carencias
por algo más fuerte
que este
sufrimiento,
que este desengaño…
que esta puta vida
que se va escapando.