Rabia contenida,
encapsulada entre
huesos,
lucha fratricida,
no espero salir
ileso.
Las ganas vencidas,
razones de peso,
la moral hundida
enciende el exceso.
Abrazos al aire
y esperas baldías,
invitado a un baile
en estancias vacías.
Caminos de nadie,
destinos inciertos,
si toca debacle,
deseo estar cuerdo.
La mente vibrante,
los ojos abiertos,
sereno el semblante
en el peor infierno.
La lucha es
constante
y, aunque asedie el
miedo,
congelo un instante,
pervierto el
silencio.