Perdono pero no olvido,
pues, si olvido, no estoy vivo,
como piedra en un camino
dispuesta a dejarse pisar.
Perdono si me dan motivos
no traiciono, ni maldigo
más que mi propia estampa
cuando aplastas mi verdad.
Todo aquel papel mojado
por la lluvia que no escampa
se atraganta en mi pasado
y ya no deja pasar
más que buenos sentimientos,
pues a base de escarmientos
me cansé de idealizar.
De tratar a las personas
mejor de lo que ellas me tratan
la educación la merece
quien sabe lo que es respetar.
Y me faltas al respeto
cuando intentas pensar por mí,
cuando ignoras lo que siento
o crees que es tema baladí.
Yo también meto la pata,
pero nunca a mala fe,
mi cabeza y mi patata
me dictan lo que he de hacer.
Y no ha entrado entre mis planes
otra cosa que aprender
a ir limando mis defectos,
a dar y tomar afecto,
y a conocer los lugares
a los que no quiero volver.