Televisión

Todos hablando de lo mismo como peleles,
falacias y demagogia toman el mando,
unos fantoches con gafas alarmando y exagerando,
¿De qué os quejáis?
Me alimento de la mierda que ponéis por la tele.
Una muerte sube audiencia
cuando la publicidad se tambalea,
ponme un escándalo, un rumor, una pelea,
otra estafa, otro desfalco, la detención de un menor
o un robo con violencia.
La verdad, no hay diferencia
entre encender la televisión
y dejarse llevar por la inercia
causada por la sobre-información.
La cultura del “lo que yo te diga”,
¿cuántos nuevos escritores por los medios se prodigan?
siempre los mismos señores discutiendo del sexo de los ángeles,
la mejor literatura se pudre en las paredes de las cárceles.
Saldremos de la crisis gracias a Dan-pena 3,
Ramón García te asegura que vivirás como un marqués,
manda un mensaje y a ver si suena la flauta,
responde a la pregunta: oro parece, pero sigue sin ser plata.
Veinte clones aspirantes a chulos de playa,
se disputan a la niña pija y descerebrada,
hablan de sentimientos, de amor y de pasteladas,
¿ qué sería de nosotros sin Tele Operación Malaya?
El ente público como soporte de la cultura,
subvencionada por el vello púbico de cuatro señores
que te hacen tragarte esa basura enlatada,
famosos de medio pelo haciendo pasos de baile y tirabuzones,
cobrando un cheque sustancioso por arrastrarse en Mira quién Baila.
En el canal socialista todo es hipermegaguay,
superfashion, mega chic, ultracool y lo más in,
te enseñarán a vivir, pues ellos saben lo que hay
ellos saben lo que tienes y no tienes que decir.
La nueva cadena pisando fuerte,
arropada por dinero mexicano,
compramos deporte, al calvo de Alonso y a Buenafuente,
y, cuando nos afiancemos, la mierda de los demás te acabaremos endilgando.
La tele de los documentales está de capa caída,
la gente no quiere saber, quiere entretenerse viendo series como Aída,
¿Punset y compañía te parecen aburridos?
Enchúfate al corazón, ¿pa qué hablar,
si puedes emitir graznidos?.