martes, 12 de abril de 2011

Apocalipsis

Los árboles han sido relegados
a minúsculos cuadrados de tierra en las aceras,
florecen en primavera débiles y asfixiados,
soñando con que sus raíces
algún día revienten el alquitrán que los encierra.
Mientras la gente pasea,
las ratas conspiran en las alcantarillas,
entre cristales y astillas,
y más mierdas que ha arrastrado la marea.
Cuando las cosas parece que van bien
siempre surge un nuevo obstáculo,
y no hay adivinos ni oráculos
que predigan lo bajo que has de caer.
Soledad en forma de vaho
que cubre las ventanas de mi cuarto,
o todos ya lo saben o yo nunca me he enterao,
las princesas de los cuentos sólo son ranas y sapos.
Mientras me ahogo en un gapo,
la poesía se convierte en salvavidas,
no me sirven las tiritas, quiero alcohol pa las heridas
y alfileres que remienden a este muñeco de trapo.
Soy títere sin cabeza
a merced de la voluntad del viento,
voy buscando en la tristeza
vías de escape prohibidas,
ideas no preconcebidas
para estos tiempos inciertos.

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