domingo, 17 de junio de 2012

Post Mortem

El corazón ya no late
porque el cerebro le ha ordenado que se pare,
el hígado se ha colapsado de tragar agua de váter,
los pulmones encharcados pelean por bombear aire.
Las venas no llevan sangre sino litros de gasóil,
los huesos descalcificados se rompen con una mirada,
las retinas se han secado y cubierto de costras blancas,
la memoria le pregunta al hipocampo: "¿dónde estoy?".
Un ejército de caries
se hace fuerte entre las muelas
horadando galerías por debajo de la lengua,
pequeños trozos de esmalte
tragados por la garganta
van desgastando el esófago
con aristas afiladas.
No hay nudos en el estómago
pero hay úlceras de pus,
millones de entes patógenos
vulnerables a la luz.
No hay dolor, Decrepitud.
No hay nostalgia del pasado,
ni deseos de juventud.
¿Dónde estarás, Salud,
si al cuerpo has abandonado
a merced de los gusanos
que crecen en el ataúd?

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