No somos iguales
cuando yo me parto el lomo
y te sustento en mis espaldas.
No somos iguales
cuando tú frunces el ceño
o me golpeas con tu ley.
No somos iguales
cuando a mí me cuesta esfuerzo
y a ti te ha venido hecho.
No somos iguales
cuando absurdas minorías
detentan todo el poder.
No somos iguales
si lo llamas democracia
y sólo es una pantomima.
No somos iguales
en una meritocracia
de privilegio y doctrina.
No somos iguales
si dices que eres igual
y acabas cavando mi tumba.
No somos iguales
multiplicando las restas,
dividiendo entre las sumas.
No somos iguales
lobos con piel de cordero,
corderos con piel de lobo.
No somos iguales
y no quieres que lo seamos
pues te resulta un estorbo.
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