Buscar en lo más hondo de la psique
el nudo que cierra la boca del estómago,
hallar una respuesta que me explique
el mecanismo que activa este sentimiento anómalo.
Una multitud de caras riendo,
y yo solo consigo esbozar una mueca taciturna,
una montaña de prejuicios ardiendo
es lo que se refleja en el brillo de mis ojos.
La alevosía es más grave si es nocturna,
los gatos y las ratas parecen del mismo color,
y me siento alimaña, animal de cuatro patas
y me siento mejor si no suena el despertador.
Campo a mi antojo entre despojos,
pues mis instintos son los que cuidan de mi pellejo,
saco el calor de los rescoldos,
hago castillos de ceniza para que el humo llegue lejos.
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