Puedo entregarme una noche a tus deseos
pero a la mañana siguiente sé que me arrepentiría,
con lo prohibido mantengo devaneos
me dormí en plena calle y desperté cuando partías.
Igual que te encontré te fuiste
mas aprendí a no echarte de menos,
"te quiero mucho, amor", sé que mentiste,
nos conocíamos más de lo que ambos nos creemos.
No necesito tu recuerdo si eso supone un lastre,
ni madrugadas aciagas bebiéndome hasta el mar,
soy el mismo al que quisiste, el mismo al que abandonaste,
y, aunque por dentro esté triste, mis penas puedo expulsar.
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