Ridículo.
Gente rodeándote
y tú eres el centro del círculo.
Sonrisas que se clavan cual agujas
en cada parte de tu cuerpo,
aislados en una burbuja
de relojes, tiempos muertos.
Todo sigue igual
y no queremos darnos cuenta,
¿Ilegal? ¿qué es ilegal?
un gran monstruo al que te enfrentas
cada vez que sales a la calle.
El Estado y sus tentáculos,
estadísticas y cálculos
hasta que todo estalle.
Mi revolución no cabe en tus cuadrículas,
de partidos y consignas
propagandas y películas.
No me hace falta matrícula
para saber que el poder
es quien colma vuestras ansias,
vuestras ganas de joder
a quien no os ríe las gracias.
¿Democracia?
Todos somos democráticos,
desde la izquierda más rancia
hasta el facha aristocrático.
Puede que suene sarcástico,
prefiero mis cardos y ortigas
a vuestras flores de plástico.
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