El silencio lo inunda todo
y los pensamientos fluyen con claridad,
el lenguaje se convierte en un estorbo
cuando sobran las desgracias y ya no hay amor que dar.
Estoy fuera de lugar
pero me siento a gusto nadando a contracorriente,
me da igual que no sea justo el no querer despertar,
prefiero este sueño perpetuo a más mentiras complacientes.
La maleza que crece en las cunetas,
la piedra que descansa en lo más hondo del mar,
la tristeza que alimenta a los poetas,
las canciones olvidadas que nadie se atrevió a cantar.
Me vuelvo a dejar llevar
por seis cuerdas desgastadas,
por un trozo de madera,
por notas desafinadas
que hacen la espera fugaz.
No quiero y me dejo atrapar
por sentimientos constantes
que surgen amenazantes
buscando mis alas cortar.
Termino y vuelvo a empezar
nazco y muero en cada verso,
tan finito como inmenso,
tan frágil como inmortal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario