Estás de fiesta tranquilamente,
echándote unas risas o tomándote una copa
y siempre viene alguien disimuladamente,
a preguntarte si quieres o si sabes dónde hay droga.
Cristal, popper, eme o coca,
mierda pura que te venden que coloca o no coloca,
es lo que algunos entienden por vivir la vida loca,
hasta que se quedan sin dientes, sin dinero y sin neuronas.
El yonki de chuta estorba,
los prefieren trajeados,
ser frívolo está de moda
ser crítico está desfasado.
Tan fashion como esnifar farlopa
escondido en un lavabo,
hacer lo que hace la tropa,
qué cool es quedarte pillado.
No quiero decir con esto
que habría que penalizarlo,
el alcohol trae efectos funestos
pero está socializado.
¿Cuántas vidas y familias
la botella ha destrozado?
los borrachos hacen gracia y son enfermos,
¿alguna vez lo has pensado?
Un adicto no tiene por qué estar interno,
pues todos lo somos en cierto grado
el café de las mañanas, el carajillo en invierno,
las pastillas por la noche y los gin tonics del sábado.
El veneno está en la dosis de sensatez que le pongas,
no hacer caso de neurosis, falsos mitos y milongas,
todo es nada en ese infierno, toda luz tiene sus sombras,
drogarse no es malo ni bueno, eso va con las personas.
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