Me miras con desprecio y ni siquiera me conoces,
me señalas con el dedo siempre que me ves pasar,
el perro ladra o ahúlla, pero tú sólo das coces,
meas y cagas como todos, ¿a quién pretendes engañar?
Aprendiz de explotador que vistes de traje y corbata,
caradura de carrera y máster pagao por papá,
tus formas, tus poses, tus actos, tu chulería te delatan,
escoria que huele a sistema, a odio, cárcel y maldad.
Ladrones de guante blanco en recepciones oficiales,
generales despiadados ansiando lecciones de plomo,
trabajos precarios, despidos y más miseria en las calles,
unos pocos los culpables, pero aquí pringamos todos.
BMW de paquete, entradas vip en discotecas,
"la niña se ha encaprichado y le hemos comprado unas tetas",
"soy un empresario honrado, mantengo unos cuantos sueldos"
y el doble no lo ha declarado, porque siempre cobra en negro.
Echarle la culpa a otro es deporte nacional,
la envidia es cultivo apreciado, de Gijón a Gibraltar,
unos ríen confiados, "está atado y bien atado",
mientras otros se desgastan, ansiando más libertad.
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