Qué iluso fui al pensar que me querías
pa siempre y a manos vacías,
tu amor fue un verso inconcluso
que olvidaste en un cajón.
Necesito una tormenta que me cargue de energía,
empaparme con la lluvia, a falta de algo mejor,
he estado en aquellos lugares donde la razón moría,
pero el cielo no se abría, ni llegaba un salvador.
Desesperanza a raudales
formando ríos de agonía
y atascando las alcantarillas de las calles.
Te va comiendo y no lo sabes,
quizá no quieras saberlo,
quizá en algún lejano día
tengas la valentía de poder reconocerlo.
Es olvido, es apatía
lo que devora el momento,
son sensaciones sombrías,
la fría mano del miedo.
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