jueves, 18 de abril de 2013

Oscuridad


 Aspiro del veneno
y bocanadas de alma se expanden en forma de humo,
consciente del riesgo que asumo,
me abandono al desenfreno.
 Soy el dolor de cabeza
cuando no hay ibuprofeno,
la risa que expresa tristeza,
otra pieza en este infierno.
 Soy la sombra que pulula
donde no transita nadie,
soy la nada, soy la duda,
ya sabes dónde encontrarme.
 Sólo tú podrás saciarme,
manosearme y desarmarme,
sólo tú podrás quererme,
matarme y luego tirarme.
 Ahora piensa...
en si fue necesario
emprender este calvario
casi a fuerza de la inercia.
 La gravedad contrapuesta...
el reloj sigue girando,
caducando calendarios,
no hallarás puertas abiertas
si gastas tu tiempo esperando.

2 comentarios:

  1. jajaaj, la oscuridad te ampara,
    la oscuridad te calma,
    ella es una bendita y bella dama,
    nunca nada te pide,
    solo espera con su divina paciencia,
    a que encuentres en ella,
    la vida que a la luz no allás.
    precioso poema, y perdón por la arrancada.
    Vicky

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  2. No hay nada que perdonar. Me mola que te arranques con lo que escribo, Vicky. Un abrazu.

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