viernes, 28 de febrero de 2014

A ras de suelo

 Trazo una línea imaginaria,
los párpados pesan,
las pupilas permanecen dilatadas.
 Camino descalzo
mis huellas se pierden en una playa desierta
y el horizonte no es más que aquello
que mis ojos no alcanzan a ver.
 Todo es accesorio,
nada es relevante...
capturo los instantes que me llenan
para después vaciarme...
con la vana esperanza
de volver a empezar otra vez.
 Prescindo hasta de la rima,
alimento una locura a ras de suelo,
sobrevuelo mi amargura
como pájaro sin rumbo.

La Eskorbutera

¿Dónde está la juventud?
si tarde o temprano estaremos muertos
los gusanos del ataúd
nos darán el descanso eterno.

 Eskizofrenia acelerada
en las voces del recuerdo
viendo cómo todo naufraga
aún así nos seguimos riendo.

 Reina mía no me esperes
no voy a volver,
aprendí a morder el polvo
y en polvo me convertiré.

Gritos que rezuman rabia
contra quien tiene el poder
otra triste historia macabra
donde siempre nos toca perder.


 Todos somos antitodo
y seguís sin entenderlo
multitudes son estorbos,
¿ser feliz?, después de muerto.

 Demasiados enemigos
para tan pocas balas,
antes muertos que vencidos,
existencias condenadas.

 Flores en la basura,
los mismos que cuando empezamos,
siempre al borde de la locura
no conseguiréis engañarnos.

 Detenidos y marginados
pero nunca indiferentes
tan queridos como odiados
aquí nadie es inocente.

Subconsciente

 Le cedo la palabra al subconsciente,
pero el músculo y la pluma corren de mi cuenta,
me pueden los anhelos inocentes,
el pensar que, todavía, aquella puerta sigue abierta.
 Cerraré los ojos para siempre
y el mundo seguirá girando,
y no espero ni quiero contemplar desde arriba
cómo todo se va a la mierda.
 Ya no sirven reprimendas,
ya no sirve ser consciente,
lo que ellos llaman salida
es una huída hacia adelante.
 Un punto en ninguna parte,
tan único como igual
a otro punto semejante
en cualquier otro lugar.
 Sé que no soy importante
mas no me dejo aplastar,
rabia, veneno en mi sangre
antídoto, libertad.

Escala de grises

 Una sola mano mueve los hilos
invisible a los ojos de las tristes marionetas,
escala de grises de noches en vilo,
el mismo papel resignado interpretas.
 Las horas se pasan, pero no este agobio,
el desasosiego ya es parte de ti,
las sombras se crecen, es premonitorio
que tu odio te pueda y no quiera salir.
 Hambriento, buscando un estímulo más,
razones de peso pa no desistir,
rompiendo los vínculos esperas hallar
otro clavo ardiendo al que poderte asir.
 El mundo es de todos,
destruye tu parte,
diluye tu rabia, desconfía de ti.
 Si te sientes solo
no busques culpables,
tu historia es un ciclo
persiguiendo el fin.