domingo, 31 de agosto de 2014

Declive

 Mi cuerpo se oxida,
y mi mente se erosiona decepción tras decepción,
puto mundo, perra vida,
fracasando en el intento aprendí a echarle valor.
 Me concentro y me disperso al mismo tiempo,
pero no me arrepiento...
 Cada letra que conforma estas palabras
se convierte en el tesoro más preciado.
 El llanto olvidado
en lo más profundo de una carcajada,
la chispa que empieza
el fuego imparable de la frustración.
 No quiero que entren
y arrasen de nuevo
las pocas estancias de mi propio yo.
 ¿Tendré que ser fuerte
o aparentar serlo?
resisto y me niego,
no atiendo a razón.
 Hacer un éxtasis de una bocanada de aire puro,
entrar en trance escuchando una canción,
obviar sintaxis, gritar y quedarme mudo,
abrir camino...
o al menos dejarlo mejor
de lo que uno se lo encontró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario