Si la mochila me pesa
suelto lastre,
ante la angustia que no cesa
cualquier solución es buena
para evitar el desastre.
Conjeturas y dilemas
traigo para regalarte,
he perdido los esquemas
buscando cómo encontrarme.
Me hablas como si fuera
yo quien debe convencerse
de que no hay paz si no hay guerra
en un tablero de ajedrez.
Insultas mi inteligencia
cuando crees ser más valiente,
en este juego de intereses
tú prefieres ser el juez.
Temes lo que desconoces,
desconoces lo que temes,
como un burro pegas coces
sin mirar a quién le das.
Tu frustración alterada,
un grito entre tantas voces
de ignorancia acomplejada
incapaz de recordar.
Pues no existe sangre pura
ni cultura tan loable
que no traiga dictaduras
ni reprima hasta mandar
a los mismos inocentes
a una muerte imaginable,
no alimentes esa mierda,
sé consciente,
escucha, razona y piensa,
lo más fácil es hablar.
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