Un trozo de mí,
un limbo de deseos,
la espera del que ha
de partir,
la sombra de otro
mal sueño.
Fue fugaz el
escarceo
pero eterno el
ostracismo
de mil temores
pequeños
que formaron un
abismo.
Fue un instante en
mi recuerdo
lo que me empujó a
evadirme,
buscando aliviar mi
empeño
de volver a
redimirme.
Y me hundí hasta
tocar fondo
y no pude plasmar la
belleza
que transita por las
ganas
de aniquilar mi
torpeza.
Soy otra piedra en
el pozo
pero no parte de un
muro,
soy la lágrima de
gozo,
la revancha de lo
inmundo.
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