Insignificantes fueron las horas que pasé a tu lado
comparadas con los años que me comí yo solo,
sueño y no estoy loco, como Leolo,
sueño con poder volver a recordar tus labios.
Ayer pasé por debajo de tu ventana,
y tuve la tentación de tirar piedras pa ver si asomas,
pero quince pisos separan mis pies de tus persianas,
no llegaron a un acuerdo ni montaña, ni Mahoma.
Salgo a la calle otra vez,
purgo mis penas a golpe de porro,
sé que no es correcto, sé que no está bien,
hoy parece que el tiempo no es más que un estorbo.
Te imagino a un reloj encadenada,
tú pensarás que yo me he echado a perder,
te entregué todo mi amor y me dejaste en la estacada,
y ahora fabrico estos versos por no volver a enloquecer...
Nos cruzamos por la calle como dos desconocidos,
que un día se conocieron demasiado,
demasiado poco, pues me dejaste jodido
y con cara de póquer buscando porqués.
Todo se vuelve del revés,
esperando a que escampe y empiece a reaccionar
tengo poco que venderte, mucho por regalar,
momentos para olvidarte y dudas que disipar.
Necesito escupir para poder continuar:No querer sin que me quieran.Harta de lo mismo,volver a tropezar con la misma piedra.Me entrego, idealizo...la coraza tiene que protegerme de eso.De él.
ResponderEliminarNo quiero verle, ni recordarle, ni imaginarle. Sólo la indiferencia me hará fuerte.