domingo, 7 de febrero de 2010

Ausente II

En un mundo encorsetado
hecho a escuadra y cartabón,
herir sale más barato
que errar y pedir perdón.
Viejos temores pasados
se mantienen a la espera
de baches, momentos bajos,
donde el tedio te supera.
Vulnera mis ganas de vivir,
como las termitas devorando la madera
vicios prohibidos que sirven de falso elixir,
interior confuso, exterior como estatua de cera.
Gritos acallados por el ostracismo
pensamientos no hilvanados entre sí,
enfermedad oculta cuyo nombre es egoísmo
sin riendas y sin futuro,
noches para no morir.
Te recuerdo en la distancia
y sigues causando dolor,
mi miseria y tu arrogancia
juzgaron al perdedor.
Vives en mi cerebro
y me haces caer y sangrar,
los corazones de hierro
quieren hacerme cambiar.
Convertirme en marioneta,
matar mi felicidad,
marcarme miedos y metas,
cual veleta manejar...
Y demostrarme que el viento
es su falso bienestar,
sus leyes y reglamentos
no entienden de libertad.

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