viernes, 26 de marzo de 2010

Visceral

La pereza dejó paso a la apatía
a fuerza de procrastinación,
vulnerable e incapaz de sentir lo que sentía,
un buen día la esperanza en desidia se tornó.
Demasiado viejo para andarme con envidias
demasiado joven pa poder asimilar
que esa bandera negra con calaveras y tibias
era sólo un triste sueño que nunca podrá ser real.
Una estructura macabra alimentada de carne,
tristes juegos de palabras que provocan malestar,
un folio en blanco y un lápiz, motivos para no estamparme
contra el grueso de esa masa que se cree guapa y normal.
Baja de esa nube, nadie es especial,
como mucho sólo un poco más afortunado,
materia en descomposición, materia orgánica vulgar,
bacterias devoran los restos cuando todo ha terminado.
Momentos puros, fugaces, que me sirven de comida,
riéndome de las horas al borde del precipicio,
almas libres, sin ambages como punto de partida,
destruid los engranajes que alienan y sacan de quicio,
y entre polvo y matorrales encontraréis la salida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario