lunes, 28 de junio de 2010

Luminarias

Caminando sobre asfalto polvoriento
por el arcén de una carretera secundaria,
en las cunetas gastadas, amapolas floreciendo,
paisajes que languidecen, quitamiedos, luminarias.
Un perro aplastado por un coche,
en medio de la calzada,
con la abundancia, el derroche,
el humo y la polución que emborronan las miradas.
Tantos años de progreso estéril,
para permanecer inmóvil ante las desgracias,
tantas vidas mutiladas, tierra fértil,
plagada de sudor y huesos inhumados por la rabia.
Gasolineras desiertas esperando su derrumbe,
adosados que convierten el campo en triste ciudad,
árboles quemados, torres, cables en las cumbres,
océanos arrasados rebosando suciedad.
Una bolsa de plástico a una rama enganchada,
llenamos el río de mierda y luego llegan las riadas,
un bosque exterminado por el fuego miserable
ecosistemas muertos, humano el único culpable.
Papel higiénico con olor a melocotón,
maíz transgénico envasado en brick, cristal y cartón,
cementerios nucleares, la panacea hecha cáncer,
excesos y despilfarros sembrando dolor y hambre.

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