Interlobotomía

No me cabe en la cabeza su postura,
dinamitando a quien piense diferente,
democracia con barniz intransigente,
el cuerdo es un extraño en un mundo de locura.
Dicen que están orgullosos de sentirse de derechas,
como Hitler, Mussolini y algún que otro indeseable,
ser socialista o rojo les parece intolerable,
critican lo que defienden, ni siquiera se dan cuenta.
Consideran un insulto ser homosexual,
se califican pro vida pidiendo penas de muerte,
separan a las personas en legal o en ilegal,
ignorancia por motor de mentes caducas e inertes.
"Los empresarios son dioses, el vulgo no sabe pensar",
añoran cadenas y yugos e infantes que adoctrinar,
dilapidan opiniones según de qué lado vengan
piden huevos y cojones, no razonan, sólo arengan.

Atrapado II

Sentado en un rincón
con las manos sobre la cabeza
a merced de la tristeza
buscando una solución.
Un vacío en la boca del estómago,
las palabras no consiguen llenarlo,
odiosa sensación sentirse anómalo,
el tiempo me aplasta y exprime y no sé cómo pararlo.
Salgo a la calle y siempre es lo mismo
otra cara larga más entre el montón,
las ganas se pudrieron, se tornaron ostracismo
y todos los días son lunes, lluviosos y de bajón.
Las lágrimas emanan sin motivo
de ojos cansados de ver injusticias cotidianas,
un cuerpo asqueado de todo y un corazón de mendigo
quintales pesan las penas, en otros seres livianas.
Enigmas indescifrables
tenemos el don de crear,
de creernos inmortales
y de morir por amar.
Algo más puro que el aire
que nos toca respirar,
busco algo inalcanzable,
busco plena libertad.

Atrapado I

La ciudad se erige amenazante,
mientras el campo sucumbe a intereses comerciales
alquitranarlo todo es el sentir imperante,
toneladas de basura que crecen cual matorrales.
Intenté alcanzar el mar
pero erigieron un dique,
intenté con otro hablar
y no encontré más que un tabique.
Hastiado quise escapar
a pie entre coches y ruido,
más coches volví a encontrar,
más humos y más pitidos.

Todos duermen

Cuando la luz del sol se apaga
y las farolas se encienden,
me asomo a la ventana, la calle está vacía
y todos duermen.
Miles de hechos que suceden
al cobijo de la oscuridad
en las noches sombrías
de este gélido noviembre.
Mis párpados pesan
y el segundero no cesa de girar,
tortura es despertar entre sudores
y descubrir que todo sigue igual.

Reventando por dentro

Cementerios de ilusiones,
calles llenas de tristeza
lágrimas a borbotones
en momentos de flaqueza.
Por fuera parecen felices,
impolutos e impecables,
por dentro sólo hay agujeros,
jirones de ideas miserables.
Recibe golpes primero
para aprender a encajarlos,
arréglatelas sin dinero
para no necesitarlo.
Como aquella amante esquiva
que nunca volviste a ver,
la nostalgia a la deriva
anulan tu aliento y tu ser.
Y los años van pasando,
no hay nada que colme esa sed
de juventud escapando
cual sol al atardecer.

Dioses mediáticos

Respetados periodistas
subidos en un pedestal
controlando las audiencias
desde una emisora o canal.

Líderes de una opinión
que nadie les ha pedido,
juzgando sin razón,
sin derecho y sin sentido.

Desde el más moderadillo
hasta el más recalcitrante,
para ellos lo más importante
es mantener su puestillo.

Si oyen voces discordantes
sólo son provocadores,
añoran tiempos mejores
de inflexibles gobernantes.

Voceros propagandistas
al dinero acomodados,
los demás son extremistas
o están muy mal informados.

Presumen de independientes,
de objetivos y entregados
pero están apoltronados
y en el bando del de siempre.

Representan a un sistema
que nos niega hasta existir,
tachándonos de problema,
diciéndonos cómo vivir.

¿Libertad de información?
más bien libertad de empresa,
de fraude y manipulación,
de líderes y lideresas.