Sentado en un rincón
con las manos sobre la cabeza
a merced de la tristeza
buscando una solución.
Un vacío en la boca del estómago,
las palabras no consiguen llenarlo,
odiosa sensación sentirse anómalo,
el tiempo me aplasta y exprime y no sé cómo pararlo.
Salgo a la calle y siempre es lo mismo
otra cara larga más entre el montón,
las ganas se pudrieron, se tornaron ostracismo
y todos los días son lunes, lluviosos y de bajón.
Las lágrimas emanan sin motivo
de ojos cansados de ver injusticias cotidianas,
un cuerpo asqueado de todo y un corazón de mendigo
quintales pesan las penas, en otros seres livianas.
Enigmas indescifrables
tenemos el don de crear,
de creernos inmortales
y de morir por amar.
Algo más puro que el aire
que nos toca respirar,
busco algo inalcanzable,
busco plena libertad.
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