Cuando la luz del sol se apaga
y las farolas se encienden,
me asomo a la ventana, la calle está vacía
y todos duermen.
Miles de hechos que suceden
al cobijo de la oscuridad
en las noches sombrías
de este gélido noviembre.
Mis párpados pesan
y el segundero no cesa de girar,
tortura es despertar entre sudores
y descubrir que todo sigue igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario