viernes, 25 de marzo de 2011

Condenados

Me eleva hasta la estratosfera,
después me deja caer,
me vacía, me supera,
mas no me hará enmudecer.
Como aplacar el dolor
ahondando profundo en la herida,
algunos siembran rencor,
yo recojo despedidas.
Kilómetros de distancia
entre deseo y apatía
kilómetros que hoy son nada,
las prisas, esperas valdías.
Un hilo de plata en el pecho
que nos aferra a la vida,
un hilo frágil y estrecho
que mostramos a escondidas.
Ninguna causa es perdida
si entre todos la encontramos,
si desterramos la envidia
y perdonamos como hermanos.
Pues somos seres humanos,
con todo lo que ello conlleva
amamos, sufrimos y erramos,
disfrutemos la condena.

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