Me ignoras como esquela en paquete de tabaco,
pero sabes que, en el fondo, soy quien tiene la razón,
unos pocos nos controlan, se ríen desde lo alto,
y unos muchos malvivimos y aguantamos el dolor.
Cientos y cientos de siglos
y la misma humillación,
los ricos cada vez más ricos,
los pobres, al paredón.
Las guerras ya no precisan
cañones, sino divisas,
los muertos son gente en el paro,
empresas cerradas, las ruinas.
"Liquidez a los banqueros
para que baje la prima",
otro juego de trileros,
otra estafa se avecina.
Nos hacen tragar veneno
por la tele y por la radio,
sus deudas son lo primero,
las pagan con tu salario.
Los lumbreras del Gobierno defienden al empresaurio
que se pasa tus derechos por el forro los cojones,
"amordaza al disconforme, ahóstiale si es necesario,
pues antes que las personas, están las instituciones".
Para ellos son tumultos y no manifestaciones
las protestas en las calles que quieren privatizar,
la información oficial sólo admite las versiones
de quien pasa por el aro, a sueldo o a voluntad.
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