Creer que todos quieren unirse a tu
gran revolución
y encontrarte con pobre gente
que no quiere perder lo poco que
tiene...
Mil y un problemas alientas y los
llamas solución,
incapaz de distinguir entre la bala y
la palabra,
medrar, cueste lo que cueste, en alguna
institución,
decir que eres como yo y después dar
la puñalada.
No puedo ver en ti más que a un
traidor,
por mucho que te enredes en argumentos
manidos,
vendiéndote como un infiltrado en su
sistema opresor,
compartiendo mesa y plato con mangantes
y asesinos.
Ya sé que no estaré nunca en el
bando ganador,
si ganar implica ser un hijoputa
malnacido,
intentaré mantener la cordura y el
valor,
todo aquello que no sume se quedará en
el camino.
Percepciones tan nefastas que da risa
plantearse
como algo más que una farsa para
alcanzar el poder,
delirios de mentes pacatas, mentecatos
con sus trajes
escondiendo podredumbres bajo el manto
de la ley.
Elixires y brebajes nos traen por
fórmulas mágicas,
política y retórica no es dialogar,
ni entender,
negar hasta lo evidente, creerte una
historia fantástica,
esperar que el presidente te dé un
curro bai de feis.
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