domingo, 26 de abril de 2015

Vía Crucis

A falta de ausencias...
Un mundo en unos puntos suspensivos,
paranoias de aprensivo,
cambio excesos por carencias.
Escapo y no tengo motivos,
ni razones, ni creencias
para entender por qué vivo.
Por qué escribo lo que escribo,
por qué me abandono al olvido,
por qué extraño tu presencia,
por qué pierdo los estribos.
¿Dónde está el tiempo perdido?
¿de qué sirve la experiencia?
Devenir repetitivo
siembra dudas e indolencia.
Un estímulo prohibido
enquistado en mi consciencia,
mi fe cierra por derribo,
no admite condescendencia.



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