martes, 30 de junio de 2015

La dieta de los disgustos

 Lagrimones por el filo de la cara,
dibujan surcos de impotencia desgarrada,
renegrones van dejando sobre la piel horadada
las señales imborrables de esta puta suerte insana.
Soy tu apoyo y me rechazas,
cada vez te veo más lejos y ya no sé lo que hacer,
es la culpa que atenaza
sentimientos encontrados imposibles de vencer.
Intento evadirme y disparo
sobre mi propio cadáver las palabras más hirientes,
no hay clemencia, ni reparo,
soy duro conmigo mismo, me niego a ser indolente.
Me atrinchero tras las sombras y me armo de paciencia,
para intentar comprender el porqué de esta encerrona,
ya no oculto mis desgracias, prefiero luz de evidencias,

aunque duela, ser sincero, curtirme como persona.

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