Mucho continente y poco contenido,
mucho postureo y poco trabajo detrás,
muchas pataletas de niñato consentido,
clichés rancios y obsoletos: tu puta
modernidad.
Y me miras por encima como si fuese un
apestado,
mientras yo me río por dentro de lo
absurdo de tu pose,
sobrellevo el día a día y casi vivo
de prestado,
a ti nada te ha faltado, pero siempre
quieres más.
No me da envidia tu novia, no me da
envidia tu coche,
es más, te compadezco por no mirar más
allá,
ante la adversidad me crezco, como el
humilde y el pobre,
tú te cagas por las patas mientras
llamas a mamá.
Tengo muchas cicatrices y estoy
orgulloso de ellas,
pues detrás de cada una hay una
historia que contar,
no me hacen falta galones, ni
medallitas, ni estrellas,
sigo vivo y en la brecha, respirando
libertad.
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