He estado hablando con los fantasmas
de los sueños rotos,
nos hemos hecho colegas y acabamos
riéndonos de todo,
he roto con los recuerdos que yacían
en el fondo
del pozo de mi conciencia de piedras,
cristales y lodo.
He visto apagarse una vida en la cama
de un hospital,
sufrido medias sonrisas y gozado al
poder llorar,
he cargado con la culpa sin haber
obrado mal,
busqué situaciones convulsas y la
calma fue letal.
Hallé certeza en la duda y no me fío
ni de mí,
soy mil leches y mil sangres, me la
sopla el pedigrí,
y en mi desgracia mundana saco fuerzas
pa reír,
antes de que la desgana en tedio me
vuelva a sumir.
Y el pasado ya no pesa más que ese
instante jodido
que regresa de improviso avivando el
sinsentido,
y sólo pararse a pensar: “mejor
tocado que hundido”
ser la china en el zapato o ser la
piedra en el camino.
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