martes, 29 de septiembre de 2015

Intemperie

Sé que no puedo saciar con excesos
esta ansiedad galopante,
ni mendigar otros brazos, otro aroma y otros besos.
Sé que mi mente me dice
lo contrario a lo que grita este corazón desbocado
en una atmósfera asfixiante,
donde se desvanecen los sueños
entre toneladas de ganas...
Conservo las cicatrices del primer amor
y aún les da por sangrar de vez en cuando.
Pero sigo deambulando por el mundo
sin un rumbo definido,
con un nudo en la garganta
de eterna desilusión.
Buscando una sombra de certidumbre
en medio de un puto desierto de dudas,
sabiendo que, tarde o temprano,
el cielo se me derrumbe
en otra circunstancia cruda
y no tenga más remedio
que resolver el papelón...
u olvidarme de que existo
y abandonarme a una suerte
donde todo lo previsto

sea soportar el dolor.

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