domingo, 29 de abril de 2018

Agonía


Tembleque constante y hormigueo en las manos
y el mismo vacío entre el pecho y la boca del estómago,
no querer ver a nadie, no tener ganas de hablar,
saber que algo anómalo te controla y que no lo puedes superar.
Las decepciones son cada vez más grandes,
los sueños son cada vez más lejanos,
las ilusiones, un riesgo acuciante,
a borbotones corre el desencanto.
Poder dejar de lado al cuerpo y elevarte sobre él
no te parece ya descabellado.
Poder apartar de una vez el sufrimiento que está bajo tu piel
no supondría un nuevo hallazgo.
Sobrevivir para sobreponer una sonrisa a tanto llanto,
saber decir que no es saber querer
aunque pueda parecerse a lo contrario.
Soltar lastre es necesario
cuando la mierda te llega hasta la punta de la nariz.
Cuando te das cuenta de que has de derribar los muros que te encierran,
abandonar a las personas que te hacen daño o que no te tienen en cuenta
y subvertir la situación con humildad para asumir
la responsabilidad de ser feliz y hacer feliz a quien te aprecia.


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