Del dicho al hecho hay un trecho
y sigo sin poder librarme
del bicho que habita en mi pecho.
Y no me queda tiempo pa desesperarme
pero sí serenidad para embriagarme
de deseos de libertad
sin que nadie se atreva a juzgarme.
No me pongas más excusas,
me las he aprendido todas,
hasta las cosas más difusas
se aclaran sintiendo esa soga...
ese nudo en la garganta
que aparece estando a solas,
esa tristeza que embarga,
retuerce y alarga las sombras.
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