jueves, 9 de agosto de 2012

Directo al hígado

El cajero ya no caga pasta,
las tiendas no tienen existencias,
la gente por la calle brilla por su ausencia,
démosle las gracias a toda esa puta casta.
Parásitos y gorrones protegidos por la ley,
ejércitos de bufones que se ríen en tu cara,
promesas y más promesas, ¿es eso lo que queréis?
de promesas no se vive, anestesias calculadas.
Tú sigue como si nada,
pensando sólo en ti mismo,
pecando de un victimismo
que huele a muro y alambrada.
Sigue dándole más cuerda
a esta puta mascarada,
encerrado en una celda
de egos, miedos y bobadas.
Si la suerte ya está echada,
¿qué coño haces respirando?
¿no tienes claro tu bando?
¿tus padres todo te pagan?
Qué chachi es mostrar una pose
de coherencia y compromiso
y luego ser un fantoche
descerebrado y sumiso.
Quieren tapar nuestras voces
con ruido de fondo y con circo
y hacernos pasar por ladrones
cuando ellos se pudren de ricos.
No ansiamos vuestro dinero,
ni os odiamos por placer,
mas sabemos que el gobierno
se nutre de lucro y poder.
Por eso vuestra justicia
está al servicio de aquel
que nos pide sacrificios
mientras vive a todo tren.

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