Desnudaré mi conciencia de nuevo,
abriré la tapa de mis sesos
para que así se los coman los cuervos
y que sólo quede un enorme silencio.
Desataré los nudos de mi garganta
con gritos desgarrados, pidiendo libertad,
quemaré mis sueños, romperé una lanza
por todos los que murieron sin saber lo que es soñar.
Olvidaré ambiciones, lujos y placeres,
pues la mayor riqueza es no necesitar
de cosas supérfluas, vacías e inertes,
¿para qué poseerlas si me sobra voluntad?
Bebo de las aguas de un río cristalino,
me pierdo en bosques verdes cuando me quiero encontrar,
me despiertan de mañana los pájaros con sus trinos
y tengo un huerto lustroso, no ansío, ni quiero más.
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