Dices que hablo desde el dolor,
que no soy capaz de ver más allá,
y yo sólo siento el temor
de ver cómo te marchas para no volver jamás.
No puedo quererme si tú no me quieres,
no puedo quererte si soy un estorbo,
si me bebo la vida a tragos y sorbos
y este amargo sabor sigue estando presente.
Si esta travesía por el desierto
no me trae más que disgustos,
buscaré un espejismo incierto
pa curar espanto y sustos.
Si consumo cada noche
mi tiempo pensando en ti,
y sólo encuentro reproches
y motivos pa morir.
Me gastaré como roca
frente al mar irreductible,
si esperanza queda poca
hay amor por combustible.
La soledad y la tristeza
en mí han encontrado acomodo
y saco fuerzas de flaqueza,
de la nada creo un todo.
Un todo donde esperarte,
donde no haya impedimentos,
ni obstáculos que nos separen,
ni rutinas ni escarmientos.
Un todo donde encontrarte
aunque tú no quieras verme
un todo en ninguna parte
donde mi conciencia duerme.
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