Se me escapan las palabras
como arena de las manos,
mantengo una lucha en vano,
mis sentidos se desmadran.
Son tan pesadas las cargas
que me impiden respirar
que prefiero no pensar
en si aguantarán mis espaldas.
Y ya no quedan rincones
donde me pueda escapar
sin tener que tropezar
con las mismas sensaciones.
Si ayer comí decepciones
hoy ayuno soledad
buscando poder encontrar
puro amor sin restricciones.
Sin subidas, ni bajadas,
ni esperas interminables,
ni inocentes, ni culpables,
ni imanes, ni cartas marcadas.
Si alguna vez llego a viejo
no me quiero arrepentir
de aquello que no viví,
por miedo, desidia o complejos.
Quiero romper los espejos,
heridas en carne viva
sediendo, tragar saliva
y no hacer caso de consejos...
de normas de vida indecentes,
ataduras malolientes
cargadas de muerte infinita.
Mi esperanza es pequeñita
mas no se deja pisar,
mientras tu anhelo dormita,
el mío hasta puede volar.
Y no necesito nada
de lo que tú necesitas,
no necesito tiritas,
ni aspirinas, ni pomadas.
Tan sólo un espacio irreal
pa llenar estos renglones,
con sangre, sudor y borrones
traspasar lo material.
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