¿De qué sirve que te escriba
todo lo que te he querido,
si ignoras lo que he sufrido
y ya no te importo nada?
¿ De qué sirven las tiritas
para esta herida profunda
que mi corazón circunda
y en forma de pena sangra?
¿De qué sirven mis desvelos
si tú ya tienes tu vida,
tus amores, tus anhelos,
y abrazos cuando estás dormida?
¿De qué sirve que alimente
este amor que se marchita,
que yo ya no pueda verte
mientras mi pulso se agita?.
¿De qué sirve que te diga
que no querré a otra persona,
que tú eres remedio y droga
que mi sentir ilumina?
Ya no sirve para nada,
pa tí soy agua pasada,
un fantasma que se pierde
en la inmensidad del tiempo.
Más reproches, más lamentos,
más noches sin firmamento,
juegos vanos de palabras
para purgar mis adentros.
Momentos que nunca fueron,
te pedí que me esperaras,
que junto a mí lucharas
y olvidaste que te quiero.
Olvidaste que por ti
me iría derecho al infierno,
que mi existencia era tuya,
que mi querer es eterno.
Olvidaste que aunque tenga
defectos para regalar
la mayor de mis condenas
es saber que ya no estás.
Que no ha servido de nada
todo a lo que renuncié,
aunque hayas estado angustiada
y digas que no te amé.
No puedo darte una casa,
no tengo curro, ni pasta,
sólo tengo mi consciencia
y todo mi cuerpo a tus pies.
Ya no tengo madrugadas,
en mi cuarto no hay ventanas,
soy preso de una impotencia
que nunca podré vencer.
Y me dicen: todo pasa,
ya llegarás al olvido,
superarás lo vivido
en brazos de otra mujer.
Y yo digo que no pasa,
lo intento y sigo jodido,
que hasta cuando estoy dormido
sigo sintiendo esa sed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario