viernes, 29 de julio de 2011

Odio

Odiar no es delito,
no está tipificado en el código penal,
ese tocho de papel que parece que está escrito
por un extraterrestre con su lenguaje legal.
Y por eso odio al gobernante,
al político de turno,
al parásito, al mangante,
al que lanza botes de humo
y se las da de tolerante.
Por eso odio al racista,
al ingrato, al egoísta,
al que parece sensato
y no es más que un oportunista.
También odio al tertuliano
que insulta desde su poltrona,
al dictador y al tirano
que creen que no somos personas.
Odio al juez y al policía,
pues de asesinos están llenos
juzgaos y comisarías.
Odio al que va de bueno
y por la espalda te la clava,
y mi odio es como el trueno,
como estas palabras son claras.
Odio al que no tiene en cuenta
que los demás también sufren,
al que vive de las rentas
mientras sus padres se pudren.
Odio al que es más agarrao
que el mango de una sartén
y niega al que está tirao
hasta sus sobras para comer.
Odio,
pero también amo,
me odio hasta a mí mismo
cuando yerro o cuando fallo.
Odio
y más odio recibo
mas todo mi amor es más fuerte
y por eso sigo vivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario