Intento describir el dolor
para no dejar que me lleve con él,
necesito perderme pa no estar de mal humor,
quizá rasgando una guitarra, quizá emborronando un papel.
Y ya no quiero otros labios que no me sepan a miel,
ni excusas, ni dudas, ni llantos,
ni halagos de todo a cien.
Tan sólo quiero estar bien,
aunque sé que es imposible,
pues todo es imprevisible,
y siempre te pueden joder.
Mis sueños penden de un hilo,
mi sonrisa, de un momento,
mis oídos, de un vinilo
de atormentados lamentos.
Un blues sucio, acelerado
que haga erizárseme el cuerpo,
cuatro polvos bien echados
y noches de vino y de incienso.
A soledad soy propenso,
pero sigo respirando,
inspirando y conspirando
si armadura, indefenso.
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